Cada 4 de diciembre, desde 2015, se celebra el Día de la uva Cabernet Franc.

Se eligió esta fecha en honor al cardenal Richelieu, quien falleció precisamente un 4 de diciembre de 1642, y es a quien los historiadores del vino consideran el responsable de llevar esta uva desde el Valle del Loire (centro de Francia) hasta la zona del Libourne (Burdeos).

Las principales características de esta variedad tinta son sus vinos delicados y rústicos que se distinguen por sus notas a fruta fresca, principalmente ciruelas y cerezas, y un poco de sotobosque que le otorga su toque característico. Sus ejemplares son amables, equilibrados y sumamente interesantes.

“Presenta una frescura natural en boca, básicamente dada por las notas silvestres, como mentolada, a eucalipto. Ahí es donde reside su principal encanto junto a su delicada austeridad”, define Bodegas Bianchi a la Cabernet Franc en su página web.

En 2018 The Wine Advocate, la publicación creada por el crítico Robert Parker, le otorgó 100 puntos de 100 en su escala, lo cual contribuyó a que su fama creciera.

Según la página Wine Folly, el país donde más se cultiva este tipo de uva es Argentina, que ha hecho de la Cabernet Franc una “bandera”.

Algunas etiquetas recomendadas por críticos sudamericanos son Particular, Saint Felicien, Desierto Pampa y Trapiche Gran Medalla.

¡Así que a descorchar hoy una botella de Cabernet Franc para celebrar su día!